(OPINIÓN)
Por Paco March / Foto: Verónica Ruiz
Hace unos días en esa red social que antes era Twitter y ahora es X (como el cine porno) alguien tuvo el detalle de subir el enlace por youtube de un programa de TVE de finales de los 80 con título sugerente, “El mundo por montera”, una tertulia conducida por el recientemente fallecido Fernando Sánchez Dragó. En éste en concreto el tema era “Juncal” , la maravillosa serie creada por Jaime de Armiñán con el grandioso Paco Rabal como protagonista. En el plató, junto a los citados, Ángel Luis Bienvenida, Federico Jiménez Losantos, Fernando Quiñones y Carlos Boyero, alguno de ellos -¡oh, cielos!- fumando. Una variopinta (todo hombres, nadie es perfecto) amalgama de posicionamientos e ideologías para confrontar, que no enfrentar, en un debate que resultó delicioso. Impensable en la tele del grito de hoy.
Poco más de una hora que fue bálsamo entre tanto ruido, tanta manipulación, tanto enfrentamiento, azuzado desde medios de comunicación y redes sociales, que confunde lo importante con lo banal en un insoportable batiburrillo en el que todo vale y al que la política no es ajena. Valgan tres muestras, entre muchas, muy recientes y con los toros en el centro.
Una, el estudio de la Fundación Franz Weber que denuncia y pretende demostrar la ayuda de las administraciones autonómicas y locales a los festejos taurinos. No entro en detalles, sólo añado que lo hace a través de Anima Naturalis, financiada por tal lobby suizo, y al frente de cuya sucursal española está Aida Gascón (sucesora en el cargo del ínclito Leonardo Anselmi) antes en el PACMA, y ahora asesora de Yolanda Díaz. Ninguno de los medios que han dado pábulo a tal campaña se ha molestado en un mínimo análisis o investigación de la denuncia, limitándose a su papel de voceros de la causa.
La otra tiene como protagonista a Óscar Puente (PSOE) que perdió la alcaldía de Valladolid en los últimos comicios municipales y ahora es diputado en el Congreso. En sus últimos años de mandato, Puente, un echao p’alante, ya había dado muestras de desafección taurina e incluso cerró el Museo Taurino, pero ahora ha utilizado X para entrar en polémica a cuenta de la Feria de Valladolid que se está celebrando estos días, subrayando la escasa asistencia de público al primer festejo y entrando en polémica incluso con la empresa taurina adjudicataria del coso del Paseo de Zorrilla. Una polémica, por cierto, de escaso recorrido, pues justo al día siguiente de su inicio, la plaza se llenó.
La tercera adquiere carácter berlanguiano. Resulta que en Barbastro, en el desencajonamiento de los toros para la Feria (actividad habitual en muchas localidades y que atrae buena cantidad de público), previo a una actividad taurina para niños, una de las reses arremetió contra los cabestros, dejando a dos de ellos heridos en el ruedo. Cabestros, eso sí, de famélicas y pequeñas anatomías. Las desagradables imágenes corrieron rápido por X (ya digo, cine porno) para escándalo de muchos y muchas, empezando por la mismísima Yolanda Díaz, que está en todos los charcos. Lo peor es que tanto ella como diversos medios, como “Público”, encabezan la noticia (sic) hablando de que se produjo en un “evento taurino infantil”, lo que resulta una flagrante mentira pero que añade énfasis a su cruzada, a la que añaden todo tipo de calificativos, el de «salvajada» entre ellos.
Son sólo tres muestras que delatan un estado de la cuestión taurina en el que ya todo vale para arremeter contra la tauromaquia, mientras que desde dentro del sector apenas se balbucean respuestas. Lo que sí resulta preclaro es que, visto lo visto, Goebbels, el nazi jefe de propaganda del III Reich que tuvo por guía aquello de “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad” creó escuela.