(PREVIA)
Por Álvaro Acevedo / Foto: Joaquín Arjona
Hace ya varios años se perdió un festival entrañable que ahora, gracias a Alejandro Amaya, se va a recuperar. Su relevancia para la Fiesta no era económica ni social, lo que allí sucedía no iba a tener trascedencia alguna en el devenir de la temporada, como era lógico. No era más que eso, un festival en un pueblo, pero un festival que rezumaba solera por donde lo miraras mientras estuvo al frente de su organización el Padre Girón (el «Padre Festivales») con el apoyo vital de grandes maestros como El Litri padre o Diego Puerta.
El viaje anual a la preciosa ciudad onubense de Higuera de la Sierra tenía algo de peregrinación pagana: merecía la pena sólo por contemplar el paseíllo de aquellos toreros históricos en su preciosa placita, tan limpia y tan serrana. A beneficio de la segunda Cabalgata de Reyes Magos más antigua de España y considerada como Fiesta de Interés Tuístico en Andalucía, podía reunir perfectamente a viejos maestros, figuras en activo, algún novillero e incluso «toreros amateur» como por ejemplo en su momento Pepe González Barba o, posteriormente, Rafael Moreno, periodista primero y apoderado después, pero de brillante trayectoria en ambas facetas.
Repasar la cartelería de muchas de sus ediciones desde que hace 55 años (1968) se celebrara la primera edición, invita a dar rienda suelta a la imaginación: Antonio Ordóñez, Puerta, Chamaco, Camino, El Litri, Mondeño, Aparicio, Romero, Rafael de Paula, José Luis Parada, Emilio Muñoz, Manzanares, Ojeda, Espartaco…
No hay figuras en el cartel en esta recuperación del Festival de Higuera de la Sierra, pero sí un cariño y una sensibilidad enormes del matador de toros mexicano Alejandro Amaya, que se ha embarcado en esta aventura con mucho que perder y sólo una cosa que ganar: la satisfacción de devolver a Higuera de la Sierra un festival emblemático con un bonito fin: esa maravillosa Cabalgata que a tantos niños hace felices cada 5 de enero, además de la cooperación cuando es necesario para obras asistenciales en el pueblo.
Hará el paseíllo Alejandro esta vez como rejoneador, pues el caballo es su otra gran pasión, y junto a él los también mexicanos Óscar San Román y Alfonso Ramírez (nieto del gran maestro azteca El Calesero); los excelentes toreros españoles que reaparecen para la ocasión Sergio Aguilar y Vicente Bejarano; y dos novilleros que llaman la atención de manera especial. Uno es Manuel Luque «El Exquisito», que hace honor a su nombre por sus excelentes maneras; y el otro, Jaime Padilla, sobrino del Ciclón de Jerez y que habrá que ver si ha salido tan guerrero como su tío o tira para otro palo.
Será mañana sábado a partir de las 12 del mediodía, y por muchas razones merecerá la pena regresar a Higuera de la Sierra. Como símbolo aglutinador de algunas de nuestras tradiciones, el Toreo y los Reyes Magos, no dejemos que vuelva a caer en el olvido. La otra opción es hacer el gilipollas disfrazado de momia en Jalogüin, que en inglés no sé cómo se escribe. Y no lo permita Dios…